Sarriguren, el pueblo que casi desaparece y ahora alberga a 16,000 vecinos
En el año 2003, el pueblo de Sarriguren era poco más que un recuerdo en el Valle de Egüés, en las afueras de Pamplona. Con solo tres casas y una solitaria iglesia, la población menguaba y solo sobrevivían diez valientes almas. Dos años más tarde, la mitad de ellos ya no estaba, dejando tan solo cinco vecinos al borde de la extinción. Sin embargo, el destino de Sarriguren cambió drásticamente gracias a un ambicioso proyecto gubernamental.
La iniciativa, concebida por el Gobierno de UPN bajo el liderazgo de Miguel Sanz en 1998, nació en el Departamento de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda, liderado por la posterior alcaldesa de Pamplona y primera mujer presidenta del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina. Este proyecto audaz rescató al pueblo de su decadencia y lo transformó en uno de los núcleos poblacionales más significativos de Navarra.
El cambio se impulsó por la mayor promoción de vivienda pública en la historia de Navarra. Más de 10,000 personas se trasladaron a lo que solían ser campos de cereal, dando vida a la EcoCiudad de Sarriguren. Esta visión audaz fue tan impactante que incluso antes de su construcción, el Centro para los Asentamientos Humanos de las Naciones Unidas lo elogió como una “Buena práctica en Desarrollo Sostenible”. Posteriormente, la localidad obtuvo el codiciado Premio Europeo de Urbanismo en la categoría de Medio Ambiente, un testimonio del éxito y la innovación del proyecto.
Historia de Sarriguren
Curiosamente, a pesar de su proximidad a Pamplona, Sarriguren nunca tuvo una población sustancial. Sin embargo, su historia como asentamiento humano se remonta a más de 6,500 años, según descubrimientos prehistóricos realizados durante las obras de urbanización.
El proceso involucró la subdivisión de un millón y medio de metros cuadrados de terreno público en 20 parcelas, que se vendieron a promotores privados bajo criterios de “matriz bioclimática”. Asimismo, esta normativa obligatoria para los constructores incluía elementos como aislamiento térmico, orientación de las viviendas para aprovechar la luz natural, calefacción central de gas natural, placas solares en los tejados y espacios ajardinados para absorber CO₂.
En total, se construyeron 5,577 viviendas, la mitad de las cuales eran Viviendas de Protección Oficial (VPO) y la otra mitad de precio tasado (VPT). Estas viviendas dieron la bienvenida a parejas jóvenes, catalizando el renacimiento de la Comarca de Pamplona.
Sarriguren ha demostrado que con visión, audacia y un enfoque en la sostenibilidad, incluso un pueblo en decadencia puede renacer y convertirse en un modelo de éxito urbano para toda Europa.